Política Bandera del Esperanto sago

El oro de Moscú.

    No entiendo que el pueblo se olvide de su mayor riqueza en favor de una ideología sangradora de una minoría. España no es roja, y eso se sabe desde que en 1936 el pueblo apoyó a los generales que dieron un golpe de estado contra la dictadura bolchevique que se erigió al rechazar los resultados de las elecciones de 1934.

    Calvo Sotelo La bondad del paraíso comunista se empezó a sufrir con la desaparición física de los ciudadanos que no estaban de acuerdo con la doctrina comunista. Hasta el propio General Francisco Franco riñó a sus camaradas militares contra el golpe, hasta que ocurrió un asesinato importante, el del líder de la oposición parlamentaria, don José Calvo Sotelo, al que de modo efectivo se había amenazado de muerte previamente en el propio parlamento. Aquel asesinato fue un punto de inflexión, pues pronto se supo que uno de los asesinos era miembro del partido socialista PSOE, al que ni el partido ni el gobierno castigaron. El General Franco se convenció entonces que era más peligroso no rebelarse que hacerlo, y el 14 de julio le comunicó a los golpistas, generales Emilio Mola, José Sanjurjo, Gonzalo Queipo de Llano, Manuel Goded, Joaquín Fanjul, y al entonces Jefe del golpe, Miguel Cabanellas, que se sumaba al golpe debido a la situación peligrosa de la patria.

    Lenin decía que una mentira dicha un millón de veces se convierte en verdad, pero se equivocaba, porque la verdad siempre halla el camino para el conocimiento de los que la buscan sin prejuicios. Hoy los autores neutrales, como el americano Stanley Payne afirman que esa era la situación entonces. Por lo tanto, aunque el gobierno actual de España intente legislar para silenciar la historia, lo tienen difícil, porque la verdad ya no es española solo, sino que ha echado raíces más allá de nuestras fronteras, y este gobierno se arriesga a quedar en ridículo aún más que el de Zapatero, cuyas leyes no solucionaron ningún problema de España, sino que añadieron unos cuantos más, entre ellos la casi bancarrota de la nación, y si ya no estamos entre las naciones más ricas del mundo, la razón está en las fechorías de la autodenominada izquierda.

    Sí, porque el ministro del Frente Popular Negrín envió el oro del Banco de España a la Unión Soviética, con el objeto de que Franco no lo disfrutara, olvidando que aquel oro no pertenecía ni a Franco ni al Frente Popular, sino a España, la gobierne quien la gobierne. Se calcula que fueron quinientos mil kilos de oro lo que el Frente Popular envió la URSS por el puerto de Alicante. La Guerra Civil terminó en 1939, pero el robo del oro español tuvo lugar en 1936, dos meses después de empezada. Cada uno saque sus propias conclusiones. El PSOE nos debe mucho oro y lo que representa: gloria, esplendor, e importancia.


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