Como sabemos todos, sindromé significa en griego concurso, y es una palabra que se utiliza en medicina para definir al conjunto de síntomas que caracteriza a una enfermedad, de modo que definiendo cada uno de ellos, se puede definir la enfermedad en cuestión. Yo les voy a hablar del síndrome de Babel, enfermedad social clasificada entre las neurosis por el psicólogo suizo Claude Pirón.
Pero, ¿por qué de Babel? Veamos lo que nos dice sobre esta palabra el Libro de los libros, es decir, La Biblia. En el capítulo 11 del Génesis, versículos 1 a 9 leemos:
Toda la tierra tenía una sola lengua y unas mismas palabras. Sucedió, pues, que al emigrar del Oriente encontraron una llanura en la región de Sinaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: ea, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego. El ladrillo les sirvió de piedra y el asfalto de argamasa. Después dijeron: Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide esté en los cielos, y nos crearemos un nombre para no dispersarnos sobre la superficie de toda la tierra. Entonces bajó Yaveh para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres, y Yaveh dijo: he aquí que todos ellos forman un solo pueblo y tienen una sola lengua y éste es el comienzo de su empresa. Ahora, pues, nada les detendrá de ejecutar todo lo que proyecten. Bajemos, pues, y allí mismo confundamos su lengua para que no se escuchen unos a otros. Y desde allí Yaveh los dispersó sobre la superficie de toda la tierra y cesaron de edificar la ciudad. Por esto se le llama con el nombre de Babel, porque allí confundió Yaveh la lengua de toda la tierra, y de allí los dispersó Yaveh sobre la superficie de toda la tierra.
Esto es lo que nos dice La Biblia, la verdad absoluta para mil millones de seres humanos. Sin embargo, cualquier sacerdote de hoy en día diría que esto no se debe tomar al pie de la letra, pues es un lenguaje figurado, apropiado para la mentalidad semítica, para la que fue escrito originalmente. Consideremos, pues, este relato desde cuatro puntos de vista; veamos brevemente cuatro interpretaciones diferentes:
Pero primero describamos los síntomas a los que he aludido antes, y luego describiremos someramente los intentos de tratamiento y curación de esta extraña enfermedad social.
Como muchas otras enfermedades mentales, el Síndrome de Babel comporta un delirio. En lugar de percibir la realidad, la sociedad se complace en lo imaginario, como lo demuestran estos síntomas que acabo de enumerar.
Si el problema se hubiera resuelto con el inglés, ninguno de los que estamos aquí reunidos, que hemos superado unos estudios secundarios llenos de inglés, tendría ningún problema para seguir una película en dicho idioma, e incluso esta misma conferencia se podría continuar en inglés, sin menoscabo de la comprensión por parte de ninguno de Vds. Sin embargo, mi experiencia de veinte años como profesor de inglés me ha demostrado que esto no es precisamente lo habitual. A mí me encanta el inglés, tanto que un día decidí dedicar mi vida entera a enseñarlo, decisión que no he lamentado jamás. Si el español es mi madre, digamos que el inglés es mi tía, mi tía rica que me da de comer, que me da acceso a una cultura maravillosa donde conviven Shakespeare, Dickens, las hermanas Brönte, Hume, los Beatles, Agatha Christie, la gente que se conduce por la izquierda, y por otra parte me relaciona con los diestros, los americanos del American Way of Life, de la Libertad, la economía de mercado, del In God we trust, el honor, Hollywood y sus premios Óscar, Dashiel Hammet, el mundo de las comunicaciones digitales y tantos otros beneficios que sería tan largo enumerar. O sea, que el inglés me ha convertido en un súbdito ejemplar del Imperio del Sol Poniente. Dicho sea sin acritud ni cinismo alguno. Pero la ética más elemental me lleva a no engañarme ni a mentir a los demás. Si esa metafórica tía a la que he aludido antes y que tantos beneficios me da no es hermosa o se porta mal, sería vil que yo intentase convencer a alguien de lo contrario. Me limitaré a confesar que los alumnos que terminan COU en nuestro país sin haber realizado ningún curso de inmersión en Estados Unidos o Inglaterra por lo general están muy lejos de poder componer un discurso o una redacción inteligibles en inglés. Lo mismo pasa en Francia, en Italia y otros países europeos, con la notable excepción de Alemania, de Holanda y de los países escandinavos. Y la razón está en primer lugar en la proximidad lingüística entre los idiomas naturales de esos países y el de Inglaterra. Si en nuestros institutos se impartiese el italiano o el portugués durante esos siete años, seguramente la inmensa mayoría de nuestros estudiantes, que no son más torpes ni están atendidos por profesores más incapaces que los de otros países, podrían elaborar ensayos o sostener debates en esa segunda lengua aprendida en la enseñanza secundaria. Pensemos que cuando era el francés la segunda lengua de todos los españoles, hace no tantos años (en Murcia en concreto hace de esto menos de veinte años), la competencia lingüística adquirida por los estudiantes de bachillerato a través de métodos más anticuados y menos eficientes que los actuales, era superior, como lo demuestra mera existencia de una prueba oral en aquellos exámenes llamados de Madurez para acceder a la Universidad, substituidos ahora por los de Selectividad, más descafeinados..
No, la causa de esta pérdida de competencia lingüística en nuestros bachilleres hay que buscarla en el inglés mismo. Consideremos los siguientes aspectos:
I remember, I remember, | Yo recuerdo, recuerdo | ||||||||||||||||||||||||||||
In the dear old days gone by, | en los queridos viejos días que se han ido | ||||||||||||||||||||||||||||
When a screen was meant to hinder | cuando una pantalla dificultaba | ||||||||||||||||||||||||||||
The intrusion of a fly; | la invasión de una mosca; | ||||||||||||||||||||||||||||
I remember when antennas | Recuerdo cuando las antenasWere the things we used to see
| eran lo que solíamos ver | Waving gently from the forehead
| oscilando suavemente en la cabeza | Of a butterfly or bee;
| de una mariposa o abeja; |
| | And I recollect when people
| Y me vienen a la memoria | Spoke of snow, and likely meant
| los que hablando de nieve se referían probablemente tan sólo a esos | Little flakelets, wet and chilly,
| copos húmedos y fríos
| Swirling Whitely in descent.
| que se retorcían al bajar. |
| |
| | I remember, I remember
| Recuerdo, recuerdo | What those words once meant to me, |
lo que aquellas palabras una vez significaron para mí. | Ah! Those dear old definitions
| ¡Ah! !Aquellos viejas definiciones | In the days before TV! | de los días de antes de la televisión!] | |
AL LA JUDA FORIRINTO | |
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Li fermis la kofron, manpremis -- adiaŭ! | Cerró su maleta, mi mano estrechó: ¡adiós! |
Sen ia protesto li iris...Hodiaŭ | Sin otra protesta marchó... Hoy |
mi tion komprenas; li povis nur miri, | comprendo que sólo se podía preguntar |
ke mi, la kristano, lin lasis foriri. | que yo, el cristiano, le dejase marchar |
Kun kapo klinita la kofron li portis. | La cabeza inclinada, su maleta portaba |
Li iris la vojon al Auschwitz kaj mortis | A Auschwitz fue y allí murió |
sen ia protesto...li povis nur miri, | sin otra protesta..., sino preguntar |
ke mi, la kristano, lin lasis foriri. | que yo el cristiano, le dejé marchar |
Kaj iam la filo, kun filo parolos, | Y si acaso su hijo con el mío hablara |
kaj tiu demandos, la veron li volos. | y la verdad quisiera |
La mia silentos..., kaj provos nur miri, | el mío en silencio.., no podrá comprender |
ke mi, la kristano, lin lasis foriri. | que yo, el cristiano, le dejé desaparecer |
Ni sentis kompaton, kaj monon kolektis, | Sentimos piedad, dinero reunimos |
dum kelkaj el ni la infanojn protektis. | y entre varios a sus niños protegimos |
Sed Auschwitz ekzistis! Nu, kion plu diri? | Pero Bueno..., Auschwitz existió! ¿Qué resta decir? |
ke mi kaj ke vi..., ni lin lasis foriri. | Que yo y que tú..., le dejamos morir. |
Leen Deij (Holanda)
Por último, no quisiera terminar mi conferencia sin leer unas reflexiones de un esperantista nonagenario, Raimundo Laval, para que saquen Vds. sus propias conclusiones:
¿Dijiste utopía?
Jesuo de las Heras