"Esperanto" fue el pseudónimo que adoptó el creador de la Lingvo Internacia (Lengua Internacional, así la llamó) con que firmó la primera gramática de este idioma en 1887. Con el tiempo, se conoció al idioma como "la lengua del Dr. Esperanto", o simplemente "Esperanto". En este idioma la palabra significa "el que espera", y al ser nombre propio, en español se debe escribir con la letra inicial en mayúscula, al igual que Sánscrito o Swahili, pero al revés que inglés, francés y otros idiomas cuyo nombre es en realidad un adjetivo.
El Esperanto surgió como idioma neutral e internacional para superar las barreras lingüísticas y culturales y tiene sólo 16 reglas gramaticales y ninguna excepción. Su escritura es totalmente fonética, aunque existen seis letras que los ordenadores aún no saben reproducir por culpa de la ineptitud o desidia de los programadores que diseñan sistemas operativos, si bien algunos -como Windows- son capaces de reproducirlos
.
Por causas económicas, culturales, políticas y éticas, pero fundamentalmente por la desinformación deliberada de que es víctima desde hace un siglo.
Por eso ningún país invierte ni una sola peseta en apoyar la difusión de un idioma fácil, fiable y democrático, que respeta el derecho del pueblo a hablar como desee. Que haya durado un siglo y se hable en todo el mundo es garantía de que el Esperanto es, efectivamente, estupendo.
"Nulo" significa "cero". El cero es posiblemente el mayor hallazgo de las matemáticas y quizá de la humanidad: ha puesto a los números positivos y negativos justo en su lugar, y gracias a él los números arábigos -que lo tienen- se usan en todo el mundo en lugar de los números romanos -que no lo tienen-. Antes de que se utilizasen, el cálculo sólo lo podían realizar los matemáticos (XC+XIV=CIV), pero ahora lo pueden hacer los taxistas, amas de casa y tiernos infantes (o sea, el pueblo: 90+14=104). Si tenemos en consideración que los números arábigos tardaron trescientos años en adoptarse en todo el mundo, pero que ahora todos los utilizamos sin poder entender que en otra época había disputa entre ellos y los romanos, nos complace saber que aún queda tiempo antes de que "todo el mundo" se ponga al día... :-)
Además, el cero es NEUTRAL, no positivo ni negativo, y el Esperanto es NEUTRAL: ni latino, ni eslavo, ni occidental, ni oriental, ni amerindio ni africano. Nadie tiene ventajas a costa de los demás cuando se usa en los foros internacionales.
En ningún otro sentido el Esperanto es nulo. Pero si se matizase tan dogmática antiafirmación se podría matizar esta respuesta.
Que el creador del Esperanto naciese en Polonia (Europa) no quiere decir que su obra lo sea también, sobre todo porque su lengua materna era el hebreo, que no es europeo ni occidental. No obstante, Zamenhoff -que hablaba varios idiomas orientales y occidentales- lo diseñó de forma que su estructura y palabras fuesen familiares a todos. La conjunción copulativa "y" se dice "kaj" (pronunciado kai) como en griego. La conjunción adversativa "o" se dice "aù" (pronunciada como la 'au' de jaula), como en árabe. Pero lo más característico del Esperanto, su ausencia total de excepciones, lo asemeja al chino, puesto que en ese idioma tampoco existen.
Si a pesar de todo lo dicho os sigue pareciendo occidental, por lo menos reconoceréis que un idioma europeo fácil será mejor para un oriental que el inglés, que es uno de los más difíciles e ilógicos de Europa, y cuyas virtudes "internacionales" se basan en el dinero y en el armamento moderno.
Por supuesto. No fue hallado en el fondo de una mina, en el lecho de un río, ni es fruto de un árbol. Es artificial, al igual que los demás idiomas. Igual que la televisión, los satélites artificiales o los automóviles.
Si por "artificial" se entiende el idioma que no ha sido aprendido en el hogar, con los padres, por un procedimiento "natural", surgido de necesidades reales de comunicación en el entorno familiar, habría que clasificar como "artificial", en España, a todos los idiomas no autóctonos, como el inglés, francés, alemán, etc., que nos son enseñados en la institución artificial por excelencia, que se llama escuela.
Hoy en día se tiene cierto rechazo por "lo artificial", pero es porque se ignora que esa palabra procede del verbo "hacer", que en latín se decía "facio", y del substantivo "arte", que en latín se decía "ars" y que en realidad quería decir "habilidad, capacidad". Y el Esperanto es un idioma hecho con habilidad y eficacia tal que se puede expresar cualquier pensamiento con una claridad y exactitud ausentes de las lenguas "que son sólo naturales".
Por otra parte, desde que los niños entran en la escuela se les contraría continuamente en su tendencia a la asimilación generalizadora -tendencia natural en todo el mundo, acorde con el pensamiento humano-, y en honor de una tradición absurda -la lengua de nuestros mayores- que está reñida con la comunicación se les obliga a decir "anduve" en lugar de "andé", "hecho" en lugar de "hacido" y un horrible cúmulo de irregularidades arbitrarias sin justificación comunicativa ni -posiblemente- lingüística, sino sólo histórica. Esto ocurre en todos los idiomas occidentales, excepto en el Esperanto, que -por seguir esta natural tendencia a la asimilación generalizadora- no sólo es más fácil de aprender, sino que cuando se ha hablado durante años cala en lo más hondo de nuestra mente y el problema que se puede presentar a una persona normal es cómo decir en su idioma natal lo que está pensando en Esperanto... }:-)
Más que una pregunta, es una afirmación dogmática que nada
tiene que ver con la realidad. El Esperanto surgió en un país
determinado por la intolerancia racial, nacional y lingüística
(en una región de Polonia que entonces pertenecía a Rusia) con
clara vocación democrática, popular y tolerante. Surgió de la
mente de un hombre -como cada una de las palabras que forman
cualquier otro idioma-, y además es neutral, cosa que no son los
mal llamados "idiomas naturales": y sin embargo, funciona perfectamente, como lo demuestran los congresos internacionales que se
celebran todos los años en todo el mundo en este idioma (por
cierto, que son los únicos sin cascos, pues la traducción simultánea -caso de que se realice- tiene lugar siempre en el cerebro
del oyente). En cualquier caso, esta respuesta deja claro cuál es
la cultura del Esperanto, ¿o no? :-)
El Esperanto nace con vocación de ser un vehículo de información y comunicación entre comunidades heterogéneas. Es una pretensión a la que no podría aspirar un "codiguillo escolar". Que sea sencillo no significa que sea ineficaz. El código interno de los ordenadores tiene sólo dos elementos (el 0 y el 1) y se pueden hacer maravillas con él.
«In vilagho de la Mancho, kies nomo mi ne volas memori...» es el principio de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Cervantes, en Esperanto. Además de todas las obras de este genio, se han traducido al Esperanto todas las de Shakespeare y de los demás grandes escritores de la literatura universal. Muchos libros traducidos al Esperanto no lo han sido a la español o al inglés, y además existe una amplia literatura original en Esperanto. Este idioma SI PUEDE sustentar una amplia literatura. La diferencia es que esta literatura es independiente de los caprichos de las grandes empresas editoriales que deciden arbitrariamente qué tipo de literatura se traduce y cuál no. Obras como el KaleVala, por ejemplo, están disponibles sólo Esperanto y su idioma original. Y la gran diferencia es que el traductor siempre es nativo de la lengua de partida, al revés de lo que ocurre en las traducciones a otras lenguas.
En cuanto a lo de la "cultura amplia", la cultura del Esperanto es la internacional, que es la más amplia de todas.
Si por evolución entendemos simplemente "cambiar", eso es cierto en parte. Si un idioma cambia, obliga a sus usuarios a estudiar continuamente para poder seguir diciendo lo mismo... Pero el Esperanto evoluciona constantemente para asumir nuevos conceptos, ideas y palabras que se incorporan al idioma, como ocurre en las demás lenguas. Lo que pasa es que en Esperanto esto se hace de forma ordenada y regulada, evitándose el calco servil y la falta de lógica. Al revés de lo que ocurre en inglés y al igual que en francés y en español, el Esperanto tiene una academia de la lengua.
Los hablantes del Esperanto no viven todos en un mismo país, sino que están extendidos por todo el mundo. Cada uno utiliza su idioma vernáculo en su vida diaria, y recurre al Esperanto sólo en sus conversaciones con personas de otro idioma nativo. ¿Podemos los españoles dialectizar el inglés? ¿Pueden los ingleses dialectizar el francés? ¿Y el ruso?
El Esperanto JAMÁS ha pretendido -ni pretenderá- usurpar el puesto de ningún idioma natural, y si algún día se decidiese hacerlo, los esperantistas de todo el mundo lo abandonaríamos. El Esperanto pretende precisamente impedir que un idioma nacional subyugue a otros idiomas y otras culturas -como ha hecho el inglés con el gaélico y con las lenguas indias precolombinas- a través del mero hecho de su existencia.
La cultura de una lengua nacional es nacional. La cultura de una lengua internacional es internacional. Los esperantistas cultivamos la tolerancia, el altruismo, las relaciones internacionales entre iguales, la literatura y el arte. Con semejantes cultivos se genera la cultura de la humanidad. Por lo tanto, el Esperanto es un idioma con cultura.
Desde 1905 se celebra todos los años un Congreso Universal de Esperanto, al que acuden personas de todo el mundo. En 1993 se celebró el número 78 en Valencia. Cuando esto se escribe se está celebrando el número 80 en Finlandia. De los MUCHOS MILLONES de gente que lo habla en todo el mundo sólo varios miles se reúnen en una ciudad -cada año diferente- debido a causas económicas, profesionales o políticas, pero son un número suficiente para demostrar que esa afirmación es falsa.
Sí y no. A menudo se confunde lo que es una utopía con lo que es una quimera. Una utopía es algo deseable, que debería existir y que tendríamos que trabajar todos por conseguirlo, como la paz mundial, la bondad, la justicia, la libertad y un largo etcétera que a nadie se le escapa. Una quimera es algo que no existe, como los dragones, las brujas, los caballos con alas y los duros de cuatro pesetas. Es muy posible que las utopías mencionadas (entre las que se sitúa la de que la gente se entienda, o sea: el Esperanto) jamás se consigan; pero se debe trabajar por ello igualmente, y existen muchas organizaciones que a ello se aplican, como Manos Unidas, Green Peace, los Verdes, Amnistía Internacional y la Asociación Universal de Esperanto, a las que hay que desear que acaben triunfando, aunque no se comulgue con todos sus postulados.
Por cierto, que Utopía es el título de una obra escrita por Santo Tomás Moro (estadista inglés asesinado por Enrique VIII) que trata de una ciudad ideal donde todos los ciudadanos viven en paz y armonía. En cambio, una quimera era un animal de la mitología clásica, que tenía cabeza de mujer, cuerpo de león y alas de águila. Confundir ambas cosas es confundir nuestros sueños más nobles con nuestras peores pesadillas.