BREVE HOMENAJE A UN GENIO UNIVERSAL: RENE DESCARTES.

Dr. José L. Pérez Ovilo

La lengua artificial es posible y puede crearse la ciencia de la que dependa. Con la ayuda de esta lengua el campesino disfrutará de la esencia de las cosas con mayor facilidad de la que en la actualidad lo hacen los filósofos.

René Descartes, 1.629.


Se celebran actualmente los 400 años del nacimiento de un genio que, olvidándose de las ideas al uso y partiendo de cero, conluye en su célebre frase “ pienso, luego existo”, fundamento sobre el que desde la evidencia construye su filosofía y reelabora los conocimientos en busca de la verdad.

Porque pienso que serán muchos los escritos que traten sobre la biografía de Descartes y sobre sus aportaciones en el campo matemático, así como sobre sus obras, obviaré estos temas y tocaré un punto importante para Descartes y sin embargo silenciado: su preocupación por una lengua artificial- cuando el latín desempeñaba dicha función sin discusión ninguna- aspiración compartida pocos años después por Leibnitz como “instrumento de la razón”.

Renato Deskarto

En su carta del 20 de Noviembre de 1.629 al abad Mersenne, en respuesta a la cuestión sobre la lengua universal artificial, Descartes confirma la posibilidad de esta lengua e incluso esbozó un esquema general: “ esta lengua tendría un sólo tipo de conjugación, declinación de construcción de palabras. No tendría formas incompletas o irregulares, que surgen por nuestra costumbre a la mutilación. Las formas verbales y de construcción de palabras deberían formarse en afijos, añadidos al comienzo o al final de las raíces, que se hallarían en el diccionario general. Incluso inteligencia simples, utilizando este diccionario durante seis meses, dominarían perfectamente una lengua de este tipo”.

Estas ideas de Descartes plantean genialmente los principios sobre la elaboración y construcción de los mejores y más modernos sistemas de lenguas artificiales. Sin embargo, de la parte final de la carta de Descartes se desprende que una lengua universal, según su criterio, era algo similar a una clave lógica para las ideas humanas. Se trataba de un sistema filosófico apriorístico, en ningún caso ligado a las lenguas naturales existentes y a su construcción.

Descartes pensaba que se debería crear un sistema ordenado para todos los pensamientos e ideas, similar al método creado para la serie natural de los números. Del mismo modo que un día se puede aprender a nombrar y escribir en una lengua desconocida todos los números hasta el infinito- los números, que son todos los casos una serie ilimitada de combinaciones de palabras- , así también debería hallarse la posibilidad de un construir las palabras necesarias par expresar todo lo que se piensa o pueda pensar en un futuro el cerebro humano. “ El hallazgo de esta lengua- dice Descartes- depende de la verdadera filosofía. Tan sólo ella podría expresar todos los pensamientos e ideas de los hombres y clasificarlas por medio de un orden sistematizado, haciéndolas, al mismo tiempo, sencillas y claras. Todo depende del hallazgo de estos elementos simples que sean aptos para el conocimiento de todo hombre y de cuya combinación se derivará la expresión de todo lo que los hombres piensan...”

Cuando los filósofos de Murcia se acaban de plantear un debate sobre el tema En que piensan los filósofos pienso que no existe mejor ocasión que la celebración de los 400 años del nacimiento de El primer hombre moderno, como le bautizó Ortega, para que los filósofos se planteasen de manera seria reflexionar sobre una cuestión que divide a los hombres y que el propio Descartes les encomendó.


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